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viernes, 8 de marzo de 2013

NUESTRAS VECINAS MODERNISTAS A MENOS DE 5 MINUTOS Y OTRAS V


A. LA BASÍLICA DE LA CONCEPCIÓ




Hoy no traemos a este blog ninguna casa modernista, sino una de las "otras" del título. Es nuestra vecina más cercana, con la que compartimos los jardines del Rector Oliveras y que nos proporciona unas magníficas vistas para nuestras terrazas.
La basílica de la Concepció tiene una bonita historia con final feliz que muchos otros edificios históricos de Barcelona, sobre todo modernistas, no han podido emular.
La iglesia es un edifico gótico de 1293 que pertenecía al Monasterio de Santa María de Jonqueres, de la orden de las Monjas Comendadoras de Sant Jaume.
Pero, ¡qué casualidad!, ¡qué bien puesto queda en la trama modernista de Cerdà entre las calles Aragó y Roger de Lluria!. Pues no, nada de casualidades; es que Santa Maria de Jonqueres no estuvo aquí a nuestro lado hasta el año 1871. Antes estaba en su emplazamiento original entre la Plaça Urquinaona y la Via Layetana.

Pues sí, la iglesia, el claustro y el regalo del campanario fueron trasladados piedra a piedra para evitar su derribo.
La historia es la siguiente:
El Monasterio de Santa María de Jonqueres nunca fue un gran monasterio como Poblet o Santes Creus, pero poseía un bello claustro de proporciones similares a los de la Catedral o el Monasterio de Pedralbes.
En 1810 las monjas abandonan el monasterio expulsadas por las tropas napoleónicas y el edificio pasó a ser un cuartel militar.
En 1867 volvió a ser consagrado como iglesia bajo la advocación de la Concepción y Asunción de la Madre de Dios.
Pero Barcelona derribó las murallas que la constreñían y necesitaba crecer y por ello, en 1869 se decide que el monasterio debía ser derribado “por razones urbanísticas”.
El rector emprendió una cruzada para evitar tal catástrofe y milagrosamente fue escuchado, consiguiendo el permiso para trasladar la iglesia a su nueva ubicación en lo que entonces aún era un solar en medio de la nada pero que ya estaba destinado a ser una manzana del nuevo Eixample barcelonés.
El maestro de obras Jeroni Granell i Mundet se encargó en 1871 de la magna mudanza del edificio de la iglesia y años más tarde, en 1888, del traslado del claustro.
Claustro en su estado original


Claustro en la actualidad

En 1879, al conjunto se le añadió un huérfano: el campanario procedente de le derruida iglesia de Sant Miquel, desmantelada en 1869. De esta construcción solo se salvó el mencionado campanario que con algunos elementos modificados, se anexionó a la Concepció.
La guerra civil española (1936-1939) también dejó su tétrica huella causando estragos en las cubiertas del claustro y en algunos elementos de la nave principal, que posteriormente fueron reconstruidos.

En el año 2009, el papa Benedicto XVI le concedió el título de basílica menor.

viernes, 1 de marzo de 2013

NUESTRAS VECINAS MODERNISTAS A MENOS DE 5 MINUTOS Y OTRAS IV


3.PALAU RAMON DE MONTANER

Calle: Mallorca 278
Arquitecto: Josep Domènech i Estapà/Lluís Domènech i Montaner
Proyecto: 1889
Finalización obra: 1893

Llegamos a una de las joyas de la arquitectura y las artes plásticas modernistas.
Este pequeño palacete no tiene una historia fácil:
Los socios de la editorial Montaner y Simón habían comprando un solar que ocupaba toda la calle Mallorca entre Roger de Lluria y Pau Claris. El primero en hacer su palacete fue el Sr. Simón (hoy en día no existe este palacete). Ramón Montaner encargó a Josep Domènech i Estapà que le construyera el suyo, al lado del de su socio.

Una vez empezada la obra y con la planta y dos pisos ya construidos, el mal entendimiento propietario-arquitecto, llevaron a la ruptura del contrato y que las obras las continuara Lluís Domènech i Montaner, pariente del dueño al que ya había diseñado el edificio de la Editorial.
Domènech i Montaner levantó el tercer piso y se encargó de la decoración con la ayuda del arquitecto Gallissá, con quien ya había colaborado en el museo de Zoología del Parque de la Ciutadella.
El vallado de la parcela, rejas y puertas metálicas, son obra de Estapà.
Nos tenemos que fijar en los hermosos mosaicos vidriados del tercer piso, donde se narra la invención de la imprenta y en la gran águila esculpida en la entrada desde la calle Mallorca, que tiene a ambos lados sendos escudos con la fecha de finalización del edificio.

Es una pena que el palacio, actualmente Delegación del Gobierno en Catalunya, no sea visitable (desde el pasado año dejaron de permitir visitas), pues no podremos admirar la suntuosa escalera principal que cuenta con hermosos trabajos en vidrieras, ebanistería y en piedra.
Puede resultar incluso difícil fotografiar la fachada debido al celo que pone la Guardia Civil que custodia el edificio.

El interior totalmente decorado por Domènech i Muntaner, es un juego de luces y colores tan presentes en su arquitectura. La entrada de luz, filtrada por los hermosos vitrales de las claraboyas interiores, ilumina de manera escenográfica la escalera imperial del vestíbulo y la sala del comedor, que cuenta con un magnífico trabajo en madera en la decoración del techo.













Lluís Domènech i Muntaner contó para la decoración con sus colaboradores habituales:


Escultor: Eusebi Arnau i Mascort
Mobiliario: Gaspar Homar i Mezquida
Vitrales: Antoni Rigalt i Blanch